miércoles, 26 de mayo de 2010

CURSO DE INICIACIÓN A LA CATA



Hace una semana, por fin pudimos realizar con éxito el curso de iniciación a la cata que desde hace un tiempo veníamos anunciando en nuestro rincón de Facebook.

El curso comenzó el lunes 17 de mayo, en esta sesión nuestro maestro, nos dio unas nociones fundamentales acerca de la recolección, fermentación y elaboración del vino.

Después de esta, pasamos a lo que fue cata en sí, donde aprendimos que dentro de una copa también hay una playa o ribete, aprendimos a distinguir la fluidez.

Entendimos el porque, de mover la copa y oler el vino antes de probarlo (todos lo habíamos hecho alguna vez, pero sin saber muy bien porque :-)

Descubrimos cosas que harán que sepamos apreciar y valorar realmente el precio de un vino, debatimos sobre este hecho.

Conocimos gran cantidad de términos como hollejo, terroir, coupard, irisaciones. Aprendimos a distinguir entre decantar y oxigenar y de su importancia o no..

En la 1ª sesión catamos exclusivamente vinos blancos, unas 11 referencias. En la 2ª sesión, seguimos catando blancos, continuamos con rosados(los grandes desconocidos), y concluimos iniciándonos con los tintos, más concretamente los de maceración carbónica. Y en la 3ª sesión, nos dedicamos exclusivamente a los tintos. Analizamos estos vinos en 3 fases, la visual, la olfativa y en boca.

La fase visual es aquella en la que miramos la copa buscando el ribete, para ver en él, el color característico de este vino. También buscamos la lágrima del vino para conocer aproximadamente la graduación alcohólica y la edad del vino.

En la fase olfativa, quizás una de la más conflictivas o difícil de definir, casi nunca había unanimidad en lo que a los olores que nos transmitían los vinos. Aquí descubrimos que un vino puede oler a mantequilla (y además es buena señal), a pimienta, a jazmín, etc.…

En la fase en boca, aprendimos que el vino hay que moverlo dentro para que transmita todo lo que tiene y podamos definir sus sensaciones. Pudimos notar como nuestras papilas gustativas se abrían más con algunos vinos que con otros.

Os ponemos por aquí algunas de las referencias catadas, más de 30 vinos.

En blancos: Louro en su variedad Godello, Spanish white guerrilla en sus variedades Chardonnay, Gewürztraminer y Riesling, Gran Feudo de Chivite en su variedad Moscatel y Château Cantegril en su variedad Sauternes 2004, simplemente espectacular

En rosados: Miros y Alma de Tobia

En tintos: Iniza y R. ambos de maceración carbónica, Matsu el Picaro, Torrederos, La Planta, Atalayas de Golban, Marques de Murrieta.

Y muchos más…

Desde aquí queremos agradecer a nuestro profesor una vez más toda su disposición, amabilidad, y por supuesto todos sus conocimientos.

Gracias también a Marisa, Nany, María Luisa, Laura, José Alberto y Juan Antonio, por acudir a este curso, hicimos un grupo muy apañao y la verdad nos lo pasamos muy bien, y aprendimos, dentro de nuestra absoluta ignorancia, un poquito más sobre el apasionante mundo del vino.

domingo, 9 de mayo de 2010

SALMOREJO CORDOBÉS Y SU VARIANTE


Córdoba - Medina Azahara - Vellos de punta para los cordobeses, y para los que no también




Hoy hemos decidido escribir sobre esta receta -tan aparentemente sencilla- por varios motivos, el primero y principal, porque nos lo pidió una de nuestras lectoras más fieles y asiduas - gracias Natalia por seguirnos .El segundo, porque estamos inmersos en el mes de Mayo - el mes de Córdoba por antonomasia- y el tercero, porque es uno de nuestros entrantes preferidos.
Aunque como decíamos antes, esta receta en principio es muy sencilla, es un hecho demostrable que no hay dos salmorejos iguales, hay quien le añade más ajo, hay a quien le gusta más espeso, y a quien le gusta más líquido. Hay incluso, quien le cambia el nombre y le llama Porra Antequerana (esto es broma ;-)).
Pues bien, los ingredientes para realizar este plato son:
§ 3 ó 4 tomates - bien maduros y cuanto más rojos mejor-
§ Pan con bastante miga (la cantidad dependerá de la textura deseada) el pan ideal para hacer esta crema es la Telera.
§ 1 ajo (nosotros le ponemos ½)
§ Aceite de oliva virgen extra(aproximadamente unos 100ml)
§ Vinagre y sal (al gusto, pero no demasiado)
Con estos ingredientes salen un par de raciones generosas.
Otro de los pasos importantes, es el momento batidora, si se va a hacer con batidora tradicional, siempre pelamos los tomates, para no encontrar demasiados “pellejillos”; si se hace con Thermomix no es necesario pelarlos ya que esta máquina puede con todo.
A nosotros nos gusta que salga bien cremoso, por lo que si se hace con batidora, es necesario, pasar un buen rato con ésta en la mano. En Thermomix la cosa es bastante más dinámica y rápida, y digámoslo todo, la textura obtenida con este cacharrito es inigualable.
Preferimos adornar la crema con sus acompañantes más fieles, que son taquitos de jamón serrano y huevo duro picado (aunque los huevos de codorniz también le van genial). Finalizando con un chorrito de un buen aceite por encima.
Hemos probado otras ornamentaciones para el salmorejo, pero la verdad, como los anteriormente citados, pocos. Estos otros han sido: ventresca de atún (no está mal) y láminas de queso curado (que a nosotros personalmente no nos gusta mucho).
Para terminar, os recomendamos otros platos a los que el salmorejo, va como anillo al dedo, probad a regar una buena tortilla de patatas con esta crema, o freír unas berenjenas en palitos y mojarlas en salmorejo (simplemente espectacular).
Ahora os vamos a comentar una variante, que a nosotros la verdad es que nos gusta tanto e incluso más que el de tomate. Es el salmorejo de espárragos verdes, en cuanto a elaboración, es prácticamente igual.


Generalmente lo hacemos con espárragos verdes congelados. Los cocemos y reservamos un poquito del agua de la cocción -ya que al tener mucha menos agua el espárrago que el tomate- se hace necesario añadir un poco de esta agua para alcanzar la textura adecuada.
Triturar todos los ingredientes, y como consejo, a éste no le añadimos vinagre, ya que al ser dos sabores muy fuertes, se matan.
Para beber este plato marida a las mil maravillas y, como no podía ser de otra forma, con un buen medio de fino Montilla-Moriles.
Este plato además de estar riquísimo, visualmente llena muchísimo una mesa, ya que se queda un color muy bonito.
Esperemos que lo hagáis y que os guste tanto como a nosotros.