Una de nuestras grandes aficiones, y que solemos realizar a menudo (casi a diario), es pasear. Por suerte vivimos en una ciudad muy paseable. Este concepto, lo deberían incluir en las guías turísticas, ya que hay ciudades mas paseables que otras. Desde nuestro punto de vista, los criterios para calificar a una ciudad con este apelativo serían varios, pero los básicos son: belleza urbanística, comodidad (pocas cuestas, accesibilidad…) y extensión suficiente para andar como mínimo durante media hora sin dejar de lado los aspectos anteriores.
La lista de ciudades paseables, podría ser casi infinita, pero de las últimas que hemos visitado, podríamos mencionar: Segovia, Santiago de Compostela, Sevilla, Córdoba y la que nos ocupa, Úbeda.
Hará un par de meses, en una de nuestras caminatas, decidimos tomar la
calle Hortelanos, para presenciar unas de las mejores vistas que se pueden admirar en esta ciudad.

Al pasar por el número 6 de la citada calle, vimos una casa recién restaurada y con un cartel que parecía anunciar un nuevo restaurante: Amaranto - indicaba dicho cartel - nosotros apuntamos ese nombre para una futura visita.
El fin de semana pasado, pudimos cumplimentar dicha cita. Decidimos sobre la marcha elegir este restaurante, sin realizar reserva previa (no tuvimos problema para encontrar mesa) en cualquier caso, siempre recomendamos hacerla, en este teléfono la podréis realizar: 953 752 100.
Fuimos acompañados por unos amigos, que hicieron que la comida además de buena fuera agradable.
Describiendo un poco: Amaranto es una casita estrecha, con 2 ó 3 plantas. El comedor principal, se encuentra en la planta baja; desconocemos si en las plantas superiores posee alguno más. Esta sala no es muy grande y abarcaría con todas las mesas llenas a no muchas más de veinte personas. Se abre, en el frontal del comedor, un amplio ventanal que da acceso a un patio, que imaginamos, utilizarán como velador cuando caiga el estío.
Pasando a lo gastronómico, decidimos pedir un par de entradas y un plato principal por comensal.
Los entrantes fueron:
- Asadillo de pimientos con ventresca. Adecuada ración para cuatro personas.
- Virutas de foie con queso de cabra caramelizado. Este plato ya ha sido citado en alguna entrada anterior ( parece estar “de modé”), pero en este caso concreto, destaca la original presentación y la generosidad de la porción.


Los platos principales, pasaron por tres carnes y un pescado. Los elegidos fueron:
-Presa Ibérica con mostaza. Buena calidad y cantidad.
-Chuletón de buey. Aquí hubo un pequeño error a la hora de tomar la comanda por parte de la Maître, ya que se pidió poco hecho, y confundió el punto de la carne con el del siguiente plato. En cualquier caso, este error se solventó sin problema, cambiando de plato entre los comensales, sin llamar la atención de los camareros, ya que nos pareció innecesario. La carne tierna, ampliamente porcionada.
-Solomillo de ternera. Muy bueno el punto de la carne en cocina así como su ternura, aunque como expliqué anteriormente, era el punto deseado para el buey.

-Merluza provenzal. Aquí la única “pega” de toda la comida: La ración era un taco, o mejor dicho un taquito de merluza, con verduras en témpura. Muy bien presentado y bueno de sabor, pero resulta totalmente intolerable que las raciones de pescado en los restaurantes - ya no sólo en éste, sino en casi todos los visitados últimamente - sean tan ridículas y se cobren al mismo precio que las raciones de carne, siendo la cantidad ínfimamente menor, llegando incluso a quedarte con hambre.
Para beber, pedimos unas cervezas y agua para los entrantes, con la que pusieron un aperitivo de espinacas esparragadas con brick de morcilla en caldera y chupa chups de codorniz - casi se queda sin respiración el camarero al presentar el plato - . Para los platos principales tomamos un Rioja (
Sierra Cantabria), bastante bueno y equilibrado en precio.
Por último, comentar que el servicio es bastante bueno, joven (quizás algo inexperto) y discreto. Pidiendo permiso en todo momento para retirar los platos, servir más pan o vino. Éste hecho no se debería destacar, ya que tendría que ser lo normal, pero cuando algo gusta pensamos que es justo remarcarlo.
Calidad y cantidad de las raciones de carne.
La cantidad en las raciones de pescado.