Hoy vamos a escribir sobre un, no se como definirlo, Restaurante, Bar, Mesón; en fin su propio nombre lo define sólo, Casa Curro. Se trata de eso, una casa de comidas (imagino que de Curro), donde de una forma algo “pintoresca” se puede comer bien y a buen precio.
Porque remarcamos lo de “pintoresco”, hay varios motivos por lo que se puede definir así, y son:
1. Por el sitio en si. Es una venta en una aldea (Guadalén) próxima al Pantano del mismo nombre (entre Arquillos y Linares). Es el clásico bar de pueblo, donde los parroquianos, juegan su partidilla y charlan del campo
2. Por su comedor. Imaginaos el salón de una casa de campo, con sus mesas camillas (enagüillas y brasero de cisco, incluido), la chimenea que da un calorcito y una sensación súper acogedora.
3. Por su personal. De lo más variopinto; lo mismo ves al típico camarero, vestido de camarero (pantalón negro y camisa blanca con bolsillos a reventar de bolis), que a una joven con rastas, que a un hombre, con los “iguales” en ristre sirviéndote las bebidas. Un personal eso si, atento y educado en todo momento.
En lo que se refiere al yantar, aquí lo prioritario es la carne. Es el típico lugar, donde no apetece comer pescado. Nos pasa como cuando estás en un chiringuito en la playa el primer día de vacaciones, tienes como necesidad de pedir pescado; pues aquí igual pero a la inversa.
En esta última visita (fuimos 4 personas), degustamos unos entrantes de toda la vida - gastronomía de la tierra al 100% -; Una pipirrana con agujetas (buenas sopas, nos pegamos), un plato de migas con chorizo, uvas, melón naranja, granada…, y unos hongos de la zona guisados.
Y como plato principal, elegimos, como no podía ser de otra forma, carne, cada uno en una variedad diferente.
Pedimos, Solomillo de cerdo con salsa de ajo y perejil, gran tamaño y elaboración; Carne con tomate y patatas, - que según palabras textuales de su comensal - era “de las mejores que había probado en su vida”, refrendo sus palabras, Choto al ajillo, las piezas con hueso muy ricas, las que no tenían un pelín duras; y por último, Cochinillo al horno, con la corteza dura y la carne tierna, vamos como a mí me gusta.
Como imaginaréis después de semejante festín, los postres los obviamos, pero para la sobremesa, no obsequiaron, con unos chupitos, ¡¡ qué digo unos chupitos!!, nos trajeron medio mueble-bar, botellas de licor de varios sabores (higo, melocotón, manzana, mora) con y sin alcohol, todo un detalle que es de agradecer.
Para terminar con este artículo, y a petición de algunos lectores de nuestro blog, desde hoy vamos a poner dos sugerencias, que no calificaciones, las llamaremos: A DESTACAR y A MEJORAR.
A DESTACAR: Las carnes, el pan y la compañía (esto último a título personal, claro esta)
A MEJORAR: La limpieza en general y la de los baños en particular.
3. Por su personal. De lo más variopinto; lo mismo ves al típico camarero, vestido de camarero (pantalón negro y camisa blanca con bolsillos a reventar de bolis), que a una joven con rastas, que a un hombre, con los “iguales” en ristre sirviéndote las bebidas. Un personal eso si, atento y educado en todo momento.
En lo que se refiere al yantar, aquí lo prioritario es la carne. Es el típico lugar, donde no apetece comer pescado. Nos pasa como cuando estás en un chiringuito en la playa el primer día de vacaciones, tienes como necesidad de pedir pescado; pues aquí igual pero a la inversa.
En esta última visita (fuimos 4 personas), degustamos unos entrantes de toda la vida - gastronomía de la tierra al 100% -; Una pipirrana con agujetas (buenas sopas, nos pegamos), un plato de migas con chorizo, uvas, melón naranja, granada…, y unos hongos de la zona guisados.
Y como plato principal, elegimos, como no podía ser de otra forma, carne, cada uno en una variedad diferente.
Pedimos, Solomillo de cerdo con salsa de ajo y perejil, gran tamaño y elaboración; Carne con tomate y patatas, - que según palabras textuales de su comensal - era “de las mejores que había probado en su vida”, refrendo sus palabras, Choto al ajillo, las piezas con hueso muy ricas, las que no tenían un pelín duras; y por último, Cochinillo al horno, con la corteza dura y la carne tierna, vamos como a mí me gusta.
Como imaginaréis después de semejante festín, los postres los obviamos, pero para la sobremesa, no obsequiaron, con unos chupitos, ¡¡ qué digo unos chupitos!!, nos trajeron medio mueble-bar, botellas de licor de varios sabores (higo, melocotón, manzana, mora) con y sin alcohol, todo un detalle que es de agradecer.
Para terminar con este artículo, y a petición de algunos lectores de nuestro blog, desde hoy vamos a poner dos sugerencias, que no calificaciones, las llamaremos: A DESTACAR y A MEJORAR.
A DESTACAR: Las carnes, el pan y la compañía (esto último a título personal, claro esta)
A MEJORAR: La limpieza en general y la de los baños en particular.
9 comentarios:
Yo que he estado y espero repetir, refrendo tus palabras. Merece la pena una escapada por casa curro y la zona en general.
Se agradece, y mucho el trato de confianza de los camareros.
Nos aportas una buena sugerencia y una buena experiencia.
Es de esos sitios a los que hay que ir con amigos, muchos si es posible, para comer bien y reirse mucho muchísimo. Todavía recuerdo cuando fui, con el brasero de ascuas de toda la vida, el calor que pude llegar a pasar ... una experiencia nunca mejor dicho ...
Hola, Antonio:
Está muy bien que incluyas lo que destacas y lo que tiene que mejorar, pero voy a atreverme a hacerte una recomendación, y es que quizás fuera interesante incluir alguna información sobre precios, por ejemplo, si comes a base de menú del día, cuál es el precio por persona, cómo ves el precio fuera de menú y, en definitiva, la relación calidad-precia. Sólo eso, un saludo.
MAÑANA MISMO COMO MIGAS. SE ME HAN ANTOJADO POR LA FOTO QUE HAS PUESTO.
Mejoras, cada dia mejoras. Nos gusta mucho todo lo que nos cuentas, sobre todo teniendo en cuenta lo que nos gusta comer. Eso si sufrimos con las fotos. Besos
Sabis si esta hoy abierto
las comidas bien pero el servicio malisimoooo "000"
Si jajaja jajaja
Si jajaja jajaja
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